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Lanteira Mills Route

La ruta, publicada por el ayuntamiento de Lanteira y el Organismo Autónomo de Parques Nacionales, se señalizó en el año 2002. La ruta original es circular, tiene una distancia total de 6,5 km y su dificultad es fácil, con una duración aproximada de dos horas.

En esta ocasión hemos querido añadir además un recorrido alternativo que se adentra un poco más en el barranco del río del Pueblo y le aporta un valor ambiental a una ruta de por sí interesante. Este segundo trazado es opcional a la ruta original y prolonga su recorrido en 2,7 kilómetros.

La ruta comienza al final de la calle Altozano, dentro del casco urbano de Lanteira. Desde aquí arranca el Camino de la Cañada, que se dirige en dirección Suroeste paralelo al Barranco del Pueblo. En este punto encontraremos el panel del inicio de la ruta donde la planimetría nos muestra el recorrido que vamos a realizar (Punto 1).

El Camino de la Cañada se encuentra acondicionado para los caminantes, se puede recorrer también en bicicleta. En su recorrido hay bancos para descansar y admirar las vistas del barranco del barrio, así como un parque infantil  (Punto 2) en las proximidades del primer molino. Alcanzamos el primer molino casi un kilómetro después: Molino de la Teresica o de Magüei (Punto 3).

Desde aquí, el camino continua en ascenso hasta llegar al río donde se puede seguir el tramo original de esta ruta, o bien, continuar en dirección Oeste y ascender por el carril que lleva a la Sierra. Cualquiera de las dos opciones nos permite igualmente acercarnos por un desvío hacia el siguiente molino.

El tramo nuevo que proponemos nos introduce en el Barranco y requiere cruzar el río, por lo que se recomienda que si hay mucho caudal, se utilice el recorrido original de esta ruta.

En un camino de ida y vuelta, llegaremos al Molino de Don Fernando (Punto 4).

Para poder continuar la ruta, volvemos al cruce de entrada al Molino, y nos dirigimos en ascenso hacia el Oeste (izquierda), dejando el río a nuestra izquierda. Este camino es un carril de tierra que sube hacia Sierra Nevada. Dejamos el Molino de Don Fernando en la parte baja y continuamos ascendiendo. A unos 95 metros encontramos un desvío que nos llevará al Castillo de la Reina (Punto 5).

Continuamos por el carril de tierra en dirección Oeste unos 100 metros más, hasta desviarnos ligeramente hacia la izquierda por un sendero que bordea una valla de alambres, y empezamos el leve descenso hasta el río. Justo antes de cruzarlo, encontraremos el conocido Molino de Chispas (Punto 6). Este molino se encuentra derruido y sólo podremos contemplar las ruinas.

El sendero continúa en dirección a la Sierra, y nos vamos adentrando, paralelos al río, en un bosquecillo de álamos que forman la ribera del río. En esta zona es posible perder el sendero, pero no nos desviaremos demasiado ya que en cuanto veamos a nuestra izquierda un carril, podemos ascender hasta llegar a él. Estamos en el paraje conocido como El Cavero (Punto 7), donde aguas arriba se toma el agua para la acequia madre de Lanteira.

Nuestra ruta continúa por este carril ahora descendiendo paralelo a la acequia de Lanteira que, encauzada en cemento, sigue nuestro mismo camino. En una de las curvas del camino, tenemos un punto panorámico (Punto 8) donde se observa el cerro del castillo de la Reina, junto con las vistas a las cumbres de Sierra Nevada. Este tramo de aproximadamente 1,8 km llega a juntarse con el tramo original de esta ruta. Desde este punto, la ruta se unifica de nuevo hasta el final.

En este tramo volveremos a encontrarnos de nuevo con los molinos, que en este caso se abastecen del otro río que rodea Lanteira, el río del Pueblo. El camino llega directamente al Molino de Víctor (Punto 9). En dirección Oeste, se localizaba otro molino, el de Pepe o Manuel, que hoy está totalmente derruido y cubierto por la vegetación, por lo que no se recomienda su acceso. A unos 250 metros en dirección Norte, podemos encontrar un nuevo desvío a la izquierda que nos llevará directamente a la Balsa Nueva (Punto 10), donde se localiza un imponente castaño secular.

A escasos 50 metros de este desvío, podemos volver a tomar un breve camino a la derecha, donde encontraremos las ruinas del Molino de Toñillo o de la Frasquita (Punto 11).

Nos encontramos ya en plena vega de Lanteira, y este tramo de unos 800 metros nos llevará directamente al cruce del cementerio, donde hemos de girar a la derecha, en dirección Este. Desde aquí, cruzamos el río del Barrio, por un pequeño puente de cemento. En este paraje podemos también volver a desviarnos para acceder al Castillo del Barrio (Punto 12), ubicado a unos 180 metros al Este.

Continuamos por el carril en dirección Norte hacia Alquife, paseando entre huertos y castaños centenarios, hasta encontrar el siguiente molino: Molino de Joseillo (Punto 13), donde aún se puede observar el nombre en uno de los hitos colocados para señalizar esta ruta.

A pocos metros encontramos el siguiente molino: Molino del Chato (Punto 14). Es en este punto donde podemos desviarnos para visitar los restos localizados durante las excavaciones arqueológicas del Pago del Jarafí, (Punto 15) llevadas a cabo por la Universidad de Granada dentro del proyecto MEMOLA.

El camino continua ya dentro del término municipal de Alquife. A unos 450 metros encontramos el desvío hacia la izquierda, junto a la balsa de Alquife (Punto 16). En este punto el camino gira para regresar a Lanteira.

A escasos 200 metros desde la balsa, encontramos otro molino a mano derecha del camino, que pertenece al término municipal de Alquife, motivo por el que quedó excluido de la ruta de los molinos de Lanteira. Se corresponde con nuestro Punto 17: Molino de Alquife.

Continuando el camino, encontraremos el punto 18 que se corresponde con un castaño secular de grandes dimensiones incrustado en una parata de cultivo.

El camino continua recto en dirección Este, a Lanteira. Durante 500 metros seguiremos recto hasta llegar a un descenso que nos introduce en la rambla de Lanteira, la cruzamos y pasamos al otro lado. Desde aquí hasta el pueblo continuamos recto.

Una vez en el pueblo, llegamos a la plaza del ayuntamiento, donde podemos visitar la Iglesia de la Anunciación (Punto 19). En la plaza del pueblo podemos detenernos para hacer un descanso en los bares “Bar de la Plaza” (Punto 20) y Bar Félix (Punto 21).

Abandonamos la plaza y subimos en dirección Oeste hacia la calle Beato Medina Olmos donde en un tramo de unos 300 encontraremos los dos últimos molinos de nuestra ruta: el Molino Matacán (Punto 22) y el último de los molinos es el Molino del tío Enrique o de Felipe (Punto 24). Entre estos dos molinos encontramos la Posada del Altozano (Punto 23), hotel y restaurante para degustar platos típicos de la zona.

Finalizamos el recorrido al final de la calle Altozano, donde lo comenzamos.

 

Calatafimi train station - Mulino Marcione

Il percorso inizia dalla Stazione ferroviaria di Calatafimi (dismessa nel 2013) e si conclude presso il mulino Marcione, ossia in contrada Coriolano. L’itinerario può essere suddiviso in tre segmenti, il primo si conclude in contrada Vignazzi, il secondo a Ponte Bagni ed il terzo in Contrada Coriolano. Tuttavia è possibile percorrerlo in tutto il suo sviluppo, godendo di tutti gli elementi naturali e antropici presenti. Il primo tratto ha uno sviluppo in salita e costeggia le pendici settentrionali della collina su cui si erge il santuario di campagna della Madonna di Giubino. Alla fine della salita giriamo a sinistra e, dopo aver percorso circa 600 metri, imbocchiamo il percorso a destra che introduce al Bosco di Angimbè che si estende per una superficie di circa 213 ettari. Si tratta di un bosco il cui uso demaniale è attestato a partire dal XIV secolo, con uno strato arboreo costituito prevalentemente da Quercia da sughero (Quercus suber) a cui si accompagnano il Leccio (Quercus ilex) e la Roverella (Quercus virgiliana). Abbondanti sono l’Erica Scoparia (Erica arborea), il Citisio Trifloro (Cytisus villosus), il Cisto (Cistus salvifolius), il Corbezzolo (Arbutus unedo) molto espressivo in autunno per la permanenza contemporanea sulla pianta dei frutti rossi e dei fiori bianchi. Nel sottobosco è possibile osservare il Ciclamino (Cyclamen repandum) e la Viola di Dehnhardt (Viola alba subsp. dehnhardtii).

Tra le emergenze faunistiche si registrano la Balia Nera (Ficedula hypoleuca), la Tortora selvatica (Streptopelia turtur ), lo Zigolo Nero (Emberiza cirlus), il Codirosso Spazzacamino (Phoenicurus ochruros), lo Smeriglio (Falco columbarius), lo Sparviere (Accipiter nisus), il Cinghiale (Sus scrofa), la Martora (Martes martes). Dopo essere entrati nel Bosco ed aver attraversato un breve tragitto ad “U”, proseguiamo verso nord-est passando dal Centro Didattico Naturalistico Bosco Angimbè. Il centro è gestito dall’associazione Bosco Angimbè che orienta i propri sforzi alla valorizzazione, al rispetto e alla conoscenza di questo biotopo, per certi aspetti unico della provincia di Trapani.  Il Bosco di Angimbè è stato difatti individuato dalla Comunità Europea come S.I.C. (Sito di Importanza Comunitaria-ITA010013) e viene attualmente gestito dall’Azienda Foreste Demaniali. Nell’area del Centro Didattico sono inoltre stati predisposti dei punti fuoco, aree giochi per bambini, aree di sosta per cavalli e luoghi specifici per il birdwatching. Il percorso continua poi attraverso un sentiero che si apre tra le fronde degli alberi antistanti il Centro Didattico. Da qui si prosegue in discesa verso la C.da Fastuchera, per poi risalire in direzione della cosiddetta Portella Fastuchera che rappresenta il limite nord-orientale dell’area boschiva. Inizia poi un percorso pressochè rettilineo e in discesa che si incrocia con la SS 113, in corrispondenza dell’antica Fattoria Tasca, recentemente recuperata e trasformata dagli attuali proprietari in una struttura ricettiva con ristorante.

Da questo punto si percorre, verso nord-est, un tratto della SS. 113, fino ad incrociare la SP2 che permette, attraverso il cosiddetto Ponte Bagni, il passaggio al di sopra del Fiume Caldo e quindi verso nord-ovest. Dopo aver attraversato questo tratto, il percorso  continua verso Nord per altri 250 metri circa. Da questo punto si imbocca una strada a destra, in discesa, che conduce ad uno stabilimento termale privato che sorge accanto ad un antico mulino idraulico trasformato in magazzino. La struttura termale utilizza delle acque minerali ipertermali alcalino-solfuree, sgorganti da sorgenti naturali ad una temperatura compresa tra 44 e 46°C. L’area attorno è ricca di evidenze archeologiche, nonostante non siano indicate e né tantomeno accessibili. In un terreno privato insistono difatti, sotto forma di frammenti ceramici e laterizi, i resti di un esteso villaggio di epoca imperiale cresciuto intorno alla mansio di Aquae Segestanae, citata dall’Itinerarium Antonini tra Drepanum e Parthenicum lungo la via Valeria. Sul pianoro in cima alla collina che a strapiombo sovrasta le Acque Segestane, sorge invece il castello di Calathamet (da “qal’ at al-hamma”, cioè “castello del bagno”). Il suo nome fa riferimento, oltre che alla sua posizione geografica rispetto ai bagni termali, ad un luogo fortificato e abitato già durante il dominio islamico sulla Sicilia. Con la conquista normanna il sito fu occupato e vennero costruiti un castello feudale e una chiesa. L’incastellamento di Calathamet non sembrerebbe avere avuto tuttavia fortuna e le tracce di occupazione sveva sarebbero in questo sito piuttosto scarse. L’area del castello sarebbe poi stata rioccupata per un breve periodo nel XIV sec. L’itinerario oggetto della scheda segue poi verso Nord, ripercorrendo un tratto di strada trazzerale (N. 452) che costeggia il Fiume Caldo e che conduce all’ultimo degli opifici idraulici dislocati lungo il Fiume Calemici-Gaggera-Caldo, ossia il mulino Marcione. Lungo la sponda destra del fiume, da una zona pianeggiante su cui crescono Tamerici (Tamarix gallica) e Canne palustri (Arundo donax) si può giungere ad un piccolo e suggestivo canyon con alte pareti rocciose di travertino bianco striato di rosa, e alcune piccole cascate.

In questo luogo sono presenti anche delle “terme libere”, molto frequentate, rappresentate da quattro polle con temperature oscillanti tra 44 e 46°C. Tuttavia è possibile arrivare a queste terme, senza attraversare il fiume, percorrendo una strada sterrata che si diparte, in direzione Nord, dal Km 337.2 della S.S. 113. Il paesaggio è caratterizzato da una successione di dolci colline argillose coltivate perlopiù a vigneto, seguono alcuni campi a seminativo e qualche uliveto. L’intera vallata è invece dominata dall’articolato  massiccio di Monte Inici (m 1064 s.l.m.) che si estende a nord-ovest della zona in esame. Al centro si erge Monte Inici stesso (1062 m s.l.m.) con le cime secondarie di Pizzo delle Niviere (1040 m s.l.m.), Cozzo Monaco (773 m s.l.m.), Pizzo Stagnone (803 m s.l.m.), Pizzo della Sella (672 m s.l.m.), poste nel settore nord-occidentale del complesso montuoso. Questi rilievi rientrano nel S.I.C. (Sito di Importanza Comunitaria-Cod. ITA010015) del “Complesso Monti di Castellammare del Golfo” e nel più ampio spazio Z.P.S (Zona a Protezione Speciale-Cod. ITA010029) che si estende fino a Capo San Vito. Monte Inici ospita un importante sistema carsico costituito dall'Abisso dei Cocci e dalla Grotta dell'Eremita; oltre ad una ventina di altre piccole cavità.

In quasi tutte le grotte dell’Inici sono stati ritrovati molti reperti archeologici che si datano a partire dal neolitico. Sul versante meridionale sono ancora evidenti i segni lasciati da alcune cave aperte in passato per estrarre il cosiddetto “Rosso ammonitico”, ossia una roccia giurassica di colore rosso con fossili di ammoniti. Il monte è stato oggetto di folti rimboschimenti a Pino d'Aleppo (Pinus halepensis), Pino domestico (Pinus pinea), nonché alcune specie di Cipresso, mentre sulla cima (versante Nord occidentale) è presente un residuale bosco di Leccio (Quercus ilex). La specie più abbondante è il Tagliamani (Ampelodesmos mauritanicus), una graminacea perenne, nota col nome locale di “Disa”, che forma estese praterie che ospitano un ricco corteggio floristico. Tra le rocce è possibile osservare l’Assenzio arbustivo (Artemisia arborescens), caratteristico per il fogliame argenteo, e la piccola Cedracca (Ceterach officinarum), nota per le sue proprietà medicinali. Tra le emergenze faunistiche si annoverano la Poiana (Buteo buteo), il Gheppio (Falco tinnunculus), il Falco Pellegrino (Falco peregrinus), il Barbagianni (Tyto alba), l’Assiolo (Otus scops), la Cinciallegra (Parus major), l’Occhiocotto (Sylvia melanocephala), il Pettirosso ( Erithacus rubecula), il Merlo (Turdus merula), la Taccola (Coloeus monedula), il Rampichino (Certhia brachydactyla), l’Upupa (Upupa epops), il Colombaccio (Columba palumbus), la Ghiandaia (Garrulus glandarius), il Passero solitario (Monticola solitarius), la Volpe (Vulpes vulpes), il Riccio (Erinaceus europaeus), il Coniglio selvatico (Oryctolagus cuniculus), l’Istrice (Hystrix cristata) e la Donnola (Mustela nivalis).

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Fontana Angeli - Calatafimi train station

Il percorso inizia nel piazzale antistante la fontana in Contrada Angeli, al km 345.6 della SS.113, dove è possibile parcheggiare eventuali automezzi. Il tragitto si snoda verso Nord, ripercorrendo parte della vecchia linea ferroviaria a scartamento ridotto “Salemi - Salemi Città - Calatafimi Città – Kaggera”, progettata alla fine degli anni 20 del secolo scorso ma non aperta all’esercizio. Durante la passeggiata è possibile apprezzare alcune opere murarie costruite in quel periodo (ponti, gallerie e sottopassaggi), alcuni passamani oramai arrugginiti ed un fabbricato di casello trasformato in abitazione privata. Dopo aver percorso circa 800 metri, ed aver attraversato il secondo sottopassaggio, Ia strada sterrata cede il passo ad un sentiero abbastanza stretto ma percorribile. Questo tratto è lungo 300 metri circa, dopodichè ricomincia la strada sterrata che, dopo aver compiuto una lieve deviazione all’altezza del km 344 della SS. 113, termina nei pressi della dismessa stazione ferroviaria di Calatafimi Segesta. I terreni che fiancheggiano il percorso sono coltivati prevalentemente ad agrumeti,  frutteti e qualche orto. Lungo la strada si possono incontrare alcuni individui di Roverella (Quercus virgiliana), che sono testimoni della vegetazione forestale naturale. Il tragitto si arricchisce infine con il rilievo calcareo di Monte Barbaro che domina imponente l’area nord-occidentale di questa contrada.

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Marzuco - Monte Fontanelle

L’itinerario si diparte, verso Ovest, dal km 344.5 della SS 113, sviluppandosi nello spazio compreso tra la Contrada Marzuco e le pendici orientali di Monte Fontanelle (494 m s.l.m.). Il percorso è in discesa fino al punto dove si situa un ponte di cemento che permette il passaggio al di sopra del fiume Gaggera, e si sviluppa in un’area coltivata essenzialmente ad aranceti. Interessante, dal punto di vista vegetazionale, la formazione ripariale del fiume con Pioppi (Populus nigra), Salici (Salix alba), Olmi (Ulmus canescens) e altre specie igrofile.

Inizia da qui un tragitto in salita, in parte in cemento ed in parte in terra battuta che conduce ai piedi di un maestoso e solitario sperone roccioso (355.2 m. s.l.m.) che si erge tra Monte Fontanelle e Monte Barbaro.

Le bellissime pareti calcaree del rilievo anzidetto e di altri che si innalzano in questa zona dell’agro segestano, rappresentano l’habitat ideale di numerosi rapaci come il Gheppio (Falco tinnunculus),  la Poiana (Buteo buteo), o il velocissimo Falco Pellegrino (Falco peregrinus), che spesso si possono incontrare lungo il percorso. Tra le altre emergenze faunistiche si possono incontrare i Conigli selvatici europei (Oryctolagus cuniculus), le Volpi (Vulpes vulpes), il Biacco (Hierophis viridiflavus) e la Lucertola Sicula (Podarcis sicula); sono presenti anche diverse specie di farfalle, tra le quali il Macaone (Papilio machaon). Da questo punto si apre poi un’ampia visuale verso Nord, e nello specifico sul Santuario Arcaico di Segesta che si trova all’interno della recinzione del Parco. Dopo aver percorso uno stretto sentiero nella parte finale della salita, si passa per un terreno privato coltivato a vigna situato alle spalle di un agriturismo. Ci si trova così immersi all’interno di un’estesa azienda agricola coltivata quasi esclusivamente a vite, seguono alcuni ulivi, alberi da frutto e ortaggi. Da questo punto è possibile godere della bellezza del Tempio di Segesta, uno dei più perfetti esempi di architettura dorica in Sicilia. Il percorso si conclude a i piedi del Monte Fontanelle, nel punto di incrocio con l’itinerario C.da Arancio - Segesta.

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Capo di Fiume - Calatafimi

L’itinerario si diparte dal Km 8 della SS 188 A, in direzione nord-orientale, e si conclude nel centro urbano di Calatafimi Segesta. Il tragitto ripercorre una parte della vecchia linea ferroviaria a scartamento ridotto Salemi - Salemi Città - Calatafimi Città – Kaggera, progettata alla fine degli anni 20 del secolo scorso ma non aperta all’esercizio. Durante la passeggiata è possibile apprezzare alcune opere murarie costruite in quel periodo (ponti, gallerie e sottopassaggi), alcuni passamani oramai arrugginiti e taluni fabbricati di stazioni e caselli, in alcuni casi trasformati in strutture pubbliche o in abitazioni private.

Lungo il percorso sono presenti alcune specie tipiche dei bordi dei campi come il Tagliami (Ampelodesmos mauritanicus), localmente noto come “Disa”, la Ferula (Ferula communis), il Barboncino mediterraneo (Hyparrhenia hirta), l’Enula (Dittrichia viscosa), il Rovo (Rubus ulmifolius), lo Sparzio Villoso (Calicotome villosa) e la Cannuccia di Plinio (Arundo collina). Ma l’elemento che caratterizza maggiormente il paesaggio vegetale è il Sommacco Siciliano (Rhus coriaria) la cui abbondanza testimonia l’antica e diffusa coltivazione di questa specie nel territorio dove, in passato, veniva commercializzata per la concia delle pelli. Tra le rocce e sui muri è poi possibile ammirare la Bocca di Leone siciliana (Antirrhinum siculum), il Timo (Coridothymus capitatus), etc.

Tra le specie faunistiche presenti si annoverano il Cardellino (Carduelis carduelis), il Fanello (Linaria cannabina), la Cornacchia Grigia (Corvus cornix), il Gheppio (Falco tinnunculus) la Poiana (Buteo buteo), l’Occhiotto (Sylvia melanocephala), la Volpe (Vulpes vulpes), il Coniglio selvatico europeo (Oryctolagus cuniculus) e il Biacco (Hierophis viridiflavus).

Dopo aver percorso circa 900 metri si arriva nei pressi di un casello ferroviario abbandonato, da qui è possibile proseguire verso destra su un breve sentiero sterrato e in salita che conduce sulla Strada Provinciale 61, alla quale ci si immette girando a sinistra. Da qui si avanza verso Nord fino a raggiungere il bivio per l’ossario di Pianto Romano. In questo punto, guardando verso Est, si apre una grandiosa prospettiva sulla cittadina di Calatafimi Segesta e ancor prima sulla moderna cava di gesso in C.da Chiuse. Ad un centinaio di metri, in cima al colle di Pianto Romano, si erge l’omonimo monumento che ricorda i caduti della storica battaglia di Calatafimi del 1860, combattuta tra i garibaldini e le forze borboniche all’interno degli eventi che portarono all’unità nazionale. L’ossario, progettato nel 1885 da Ernesto Basile e inaugurato il 15 maggio del 1892, contiene alcune reliquie e cimeli garibaldini.

Dal monumento funebre, percorrendo un breve sentiero bordeggiato da Cipressi, si raggiunge un’ampia spianata aperta verso Sud, ovvero verso la verdeggiante vallata compresa tra Monte Calemici (548.5 m s.l.m), a sud-ovest, e Monte Bernardo (526.5 m s.l.m.) a nord-ovest. Ritornando sulla SP61 è possibile ritornare indietro, fino a raggiungere nuovamente il casello ferroviario, e continuare in direzione Nord.

Il percorso si articola tra i campi coltivati e presenta ai margini una tipica vegetazione di bordo strada che, anche se non ospita specie di particolare interesse naturalistico, riserva in primavera piacevoli scenari grazie alle variegate fioriture.

Tra le specie faunistiche presenti in questo tratto si annoverano il Cardellino (Carduelis carduelis), la Rondine (Hirundo rustica), lo Strillozzo (Emberiza calandra), il Fanello (Linaria cannabina), la Cornacchia Grigia (Corvus cornix), la Cinciallegra (Parus major), il Saltimpalo (Saxicola torquatus), la Poiana (Buteo buteo), il Gheppio (Falco tinnunculus), la Volpe (Vulpes vulpes), il Coniglio selvatico europeo (Oryctolagus cuniculus) e il Ramarro (Lacerta bilineata).

In contrada Canale si lascia la linea ferroviaria passando per la fontana omonima  e da qui, in salita, verso il centro di Calatafimi Segesta.  Entrando in città si passa accanto ai ruderi delle antiche mura medievali e dal quartiere Borgo. All’interno del circuito urbano, su una collina dalle pendici piuttosto scoscese, ad est del fiume Calemici, si erge il Castello Eufemio, dal quale la città prende il nome (Qal’at Fîmî, il castello di Eufemio). Calatafimi, che nella geografia di Edrisi compare già dotato di un rabad (sobborgo), è nel 1239 castello imperiale, ma non è noto se in precedenza sia stata castello reale o se sia stata infeudata. Gli scavi condotti nel corso del 1994 nell’area del Castello Eufemio hanno riguardato solo le trasformazioni più recenti (post-medievali); tra i materiali residui sono tuttavia emersi materiali ceramici dei secoli XI-XIII, che confermano una frequentazione dell’area in quel periodo. Tra gli edifici religiosi si distingue la chiesa del SS. Crocifisso del XVIII secolo e la chiesa Madrice dedicata a S. Silvetro Papa risalente al XV secolo. Un museo etno-antropologico comunale raccoglie una  grande varietà di reperti della civiltà contadina, pastorale ed artigianale di questo territorio. Passeggiando per il centro è possibile osservare una serie di piccoli cortili, scalinate e vari archi in pietra che caratterizzano questo nucleo cittadino.

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C.da Arancio - Segesta

Il percorso si diparte dal  Km 347.300 della SS. 113, in direzione Nord, e raggiunge il Parco Archeologico di Segesta. Dopo aver superato il corso del Fiume Calemici, attraverso un ponte moderno in cemento, comincia un tratto in salita che si conclude all’altezza di “Casa di Giovanni” (indicata su CTR), in contrada S. Agate. Prima di seguitare sulla pista principale asfaltata è consigliabile una piccola deviazione lungo la stradina bianca che si apre sulla destra del percorso e che conduce sulla vetta del vicino rilievo “dei Gessi” (310.2 m s.l.m.), ovvero una formazione gessoso-solfifera caratterizzata da gessi selenitici o macrocristallini in cui si nota la tipica geminazione a ferro di lancia o a coda di rondine. Sulla sommità si localizza un agriturismo e si apre la vista, da Nord a Sud, su Monte Inici (1064 m s.l.m.), Monte Barbaro (423.4 m s.l.m.), Monte Tre Croci (522.1 m s.l.m.), nonchè sul Castello Eufemio e le due Contrade Belvedere e Margi, con i loro caratteristici impianti di aranceti. Dopo il tratto in salita inizia un passaggio con facili saliscendi che si sviluppano in un contesto ambientale caratterizzato principalmente da seminativi e pascoli, talvolta solcati da esigui corsi d’acqua e bordeggiati da canna comune (Arundo donax) e tamerice (Tamarix gallica), nonchè da alcuni lembi di antichi querceti caducifogli.

A partire dalla zona di Monte Fontanelle, nel punto di incrocio con il sentiero Marzuco-Monte Fontanelle, inizia un tragitto perlopiù pianeggiante e molto panoramico. Verso Est si potrà godere della bellezza del Tempio dorico di Segesta e dell’intero rilievo di Monte Barbaro su cui sorgono le vestigia dell’antica città, mentre sull’altro versante si costeggia il rilievo di Monte Pispisa (515.3 m s.l.m.) ricoperto da formazioni forestali costituite sia da specie autoctone quali il Leccio (Quercus ilex), la Roverella (Quercus virgiliana), l’Orniello (Fraxinus ornus), che da impianti artificiali con Pini, Cipressi ed Eucalipti. Nel sottobosco è possibile apprezzare le splendide fioriture autunnali del Ciclamino (Cyclamen repandum) e le rosse fruttificazioni del Pungitopo (Ruscus aculeatus). Attorno al bosco e nei pendii assolati si osservano le specie della macchia mediterranea quali il Lentisco (Pistacia lentiscus), la Palma nana (Chamaerops humilis), l’Euforbia arborea (Euphorbia dendroides) mentre nelle radure ai margini del bosco, la Ferula (Ferula communis), il Camedrio (Teucrium fruticans), il Citisio trifloro (Cytisus villosus) e lo Sparzio villoso (Calicotome villosa) con le sue profumatissime fioriture primaverili. Nei prati espressive sono la Silene (Silene colorata), il Vilucchio (Convolvulus arvensis), la Viperina (Echium plantagineum), l’Asfodelo (Asphodelus ramosus) e una grande varietà di composite – come il Fior d’oro (Glebionis coronaria), la Scarlina (Galactites tomentosa), il Fiorrancio (Calendula arvensis) – molto apprezzate dagli insetti impollinatori.

Tra le emergenze faunistiche si possono annoverare il Fringuello (Fringilla coelebs), il Corvo Imperiale (Corvus corax), la Taccola (Coloeus monedula), il Falco Pellegrino (Falco peregrinus), il Gruccione (Merops apiaster), la Volpe (Vulpes vulpes), il Coniglio selvatico (Oryctolagus cuniculus), il Cinghiale (Sus scrofa), la Lucertola Sicula (Podarcis sicula) e il Rospo comune (Bufo bufo). Di notevole interesse naturalistico è il profondo Vallone della Fusa che si insinua tra le splendide e verdi gole comprese tra Monte Pispisa e Monte Barbaro. Il quadro si conclude con la presenza di alcuni campi a seminativo ed altri destinati a vigneto, che convalidano uno dei passaggi più affascinati del percorso.

Dopo aver superato questo tragitto, inizia una discesa sterrata che conduce sulla SP57 e da qui si continua a destra su strada carrozzabile, fino ad arrivare all’ingresso del Parco Archeologico di Segesta.

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Pórtugos - Busquistar

El itinerario está formado por diversos caminos medievales que aparecen descritos en los Libros de Población (S. XVI), elaborados para el apeo y repartimiento de casas y tierras tras la expulsión de la población morisca. Los diferentes municipios que recorre este tramo de la Ruta Medieval pertenecieron a la Taha de Ferrerira (Pórtugos, Atalbéitar, Ferreirola y Busquístar).

El tramo I de la Ruta Medieval se inicia en la localidad de Pótugos descendiendo hasta Atalbéitar y Ferreirola, pedanías pertenecientes al municipio de la Taha, y en las que podemos encontrar excelentes ejemplos de la arquitectura tradicional de la Alpujarra, así como fuentes y lavaderos que aún se encuentran en uso.

En nuestro camino hacia Busquístar encontraremos una fauna y flora variadas. Pasearemos por zonas de castaños, álamos, fresnos y morales, alternados con huertos de frutales y hortalizas.

Al valor del paisaje y la belleza del recorrido, se unen diferentes valores patrimoniales, tales cómo la red de acequias, la agricultura aterrajada, arquitectura religiosa, arquitectura industrial y un largo etcétera.