Arqueología del Paisaje

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En el territorio de los Colli Euganei los testimonios más antiguos de artefactos realizados en sílex provienen del monte de la Madonna y del Venda, fechados en el Paleolítico. Hay importantes conjuntos cerámicos relativos al periodo Neolítico (finales del IV milenio a.C.) sacados a la luz en grandes cantidades en Castelnuovo. 

En el lago de la Costa (Arquà Petrarca), lugar de gran interés natural y ecológico, se ha documentado un asentamiento datado en la Edad del Bronce, un poblado con una economía fundamentalmente basada en la agricultura y la ganadería. 

Yacimientos importantes son Este (ciudad prerromana) y Montegrotto Terme donde se ha localizado, a partir del siglo XVIII, las termas, una villa imperial y un pequeño teatro parte de un amplio complejo termal de la segunda mitad del siglo I a.C. que contaba con otros espacios de ocio, entretenimiento y descanso. En el proyecto MEMOLA están en curso excavaciones arqueológicas en la colina Montagnon o Colle di Berta (Montegrotto). Las fuentes escritas atestiguan un castillo ya existente en el 1100, propiedad de la abadía de Nonantola y concedido en feudo a una familia local llamada “de Montagnon”. La presencia de un feudo se refiere a la existencia de una “curtis” que sugiere la “fosilización” en este periodo de una organización de los asentamientos y de la producción propia de los siglos IX y X. 

Durante los siglos de paz garantizados por la Serenissima, en los Colli se formó un paisaje que alternaba bosques, viñedos y olivares, entre los que se alternaban esplendidas casas con jardines pertenecientes a la nobleza veneciana y padovana. En la zona de piedemonte las amplias llanuras fueron progresivamente despejadas, mientras permanecía la fama de las termas euganeas.

En el curso del siglo XIX, tras el breve paréntesis napoleónico, también en el área euganea, como todo el Veneto, entró a formar parte del Reino de Italia. 

La desecación de las zonas húmedas de piedemonte vivieron un nuevo impulso (gracias el empleo de nuevas máquinas a vapor) y se completó la roturación de los terrenos ocupados por las últimas manchas de bosque que todavía existían entre Rovolon, Bastia, Cervarese e Montemerlo, muchos bosques de las colinas fueron destruidos y sustituidos por áreas cultivadas. Es interesante recordar que al final del siglo XIX y el inicio del XX los municipios englobados en los Colli Euganei procedieron a alienar los bosques colectivos con la consiguiente pérdida de las antiguas costumbres en beneficio exclusivo de la propiedad privada.